viernes, 21 de septiembre de 2012

EN QUE MOMENTO LA PERSONA SE CONVIERTE EN ALCOHÓLICO.


El alcoholismo evoluciona de una manera lenta y progresiva, por lo que no es muy preciso el momento en que el bebedor se convierte en alcohólico. El bebedor va pasando por ciertas etapas antes de llegar al alcoholismo. Al inicio sólo bebe en forma ocasional, después empieza a beber habitualmente (aquí desarrolla un hábito), más tarde empieza a consumir alcohol en forma excesiva y se convierte en un bebedor excesivo. El bebedor excesivo ya ha desarrollado una dependencia psíquica hacia el alcohol. Cuando aparece en el bebedor excesivo la dependencia física es cuando se convierte en alcohólico. Los dos parámetros médicos que se consideran para saber si una persona ya desarrolló dependencia física son la tolerancia y el Síndrome de Supresión.

TOLERANCIA.
La tolerancia es una adaptación biológica del organismo al alcohol, por la cual el bebedor necesita mayor cantidad para obtener los mismos efectos que antes obtenía con menor cantidad.
 Conforme el individuo va bebiendo más y más, su organismo se va acostumbrando al alcohol y, como consecuencia, aguanta más sin emborracharse. Este es un punto muy peligroso, pues la gente cree que ya "aprendió" a beber. Como consecuencia de esto, el bebedor se confía y cada vez bebe en mayor cantidad, con mayor velocidad y con mayor frecuencia. Su organismo continúa adaptándose biológicamente al alcohol, hasta que se desarrolla una franca tolerancia que lo hace cruzar la frontera entre el bebedor excesivo y el alcohólico. No olvidar que una vez que se cruza la frontera ya no hay boleto de regreso, es decir, la enfermedad se torna irreversible (incurable).

SUPRESIÓN.
El Síndrome de Supresión es el conjunto de síntomas físicos y psíquicos que presenta un bebedor cuando bajan sus niveles de alcohol en la sangre.
Cuando una persona ha bebido excesivamente durante varias horas o incluso días, el alcohol alcanza concentraciones muy altas en la sangre, lo que da lugar a una adaptación biológica del organismo al alcohol. Cuando la persona deja de beber, los niveles de alcohol en la sangre empiezan a bajar. Como el organismo ya está adaptado al alcohol, al bajar los niveles sanguíneos se produce una reacción de desadaptación con la presencia de varios síntomas muy molestos.
El organismo "protesta" cuando los niveles de alcohol bajan y se presentan esas molestias. Los síntomas más frecuentes del Síndrome de Supresión son el temblor, la sudoración, la angustia, miedos inmotivados, trastornos del sueño como insomnio y pesadillas, calambres, escalofríos y malestar gástrico. La forma más grave del Síndrome de Supresión es el Delírium Tremens.
La "cruda" es la forma inicial como se presenta el Síndrome de Supresión. Cuando el bebedor necesita ingerir más alcohol para aliviar las molestias de la "cruda" (beber por la mañana al día siguiente de una borrachera) se considera que ya ha cruzado la frontera hacia el alcoholismo, puesto que ése se considera el signo más visible del desarrollo de una dependencia física al alcohol.

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