Mi vida sin el alcohol empezó el 1 de diciembre de 2011, una amiga me invito a una fiesta la cual era de personas que no toman que pertenecen a un grupo en el que ayudan a cualquier tipo de personas, desde entonces comencé a sesionar con ellos, desde el primer día que llegue me ayudaron, me brindaron su mano amiga, gracias a ellos tengo 9 meses de no tomar, ya que con ellos paso ocupado y no paso pensando en que hare mas tarde ni en que me puedo ir con mis cheros de la colonia a tomar, al contrario estoy pendiente de que llegue la noche para poder ir a disfrutar sanamente de las cosas que hacemos sin arrepentirnos al día siguiente.
Aqui estamos en un evento con los amigos.
Gracias a los amigos del grupo se comportarme un poco mejor a como era antes por que ellos tratan con respeto a las demás personas y son un ejemplo a seguir, por ellos y los consejos que me dan estoy estudiando y pensando en estudiar el año que viene en la universidad.
Estoy muy agradecido con ellos ya que hoy no le doy ninguna pena a mi madre, porque ella esta feliz de mirarme que estoy estudiando y que he cambiado mi forma de vivir.
Mi vida en el alcohol comenzó a los 15 años gracias a la influencia de los amigos de la colonia, ellos fueron los que me llevaron a probar el alcohol, yo tome 7 años de los cuales yo estoy arrepentido por que cuando uno anda tomado, jamás se da cuenta del daño que se esta haciendo, y cuando uno viene a reaccionar ya le ha hecho mucho daño a su propia familia.
Me acuerdo que cuando estaba en el ultimo año de bachillerato nos escapábamos de clases con mi grupo de amigos para irnos a tomar, era algo que hacíamos 1 vez por semana, siempre llevábamos ropa en los bolsones y nos íbamos para la casa de un compañero a tomar, hasta que todos estábamos bien ebrios, esas eran las reuniones que hacíamos, o en ocasiones nos íbamos a un parque después de clases a tomar y seguir con nuestras locuras de colegio.
Compartiendo con los que eran mis amigos.
Luego me fui a vivir por un año a USA estando haya comencé a trabajar, me acuerdo que cuando salía de trabajar pasaba comprando un par de cervezas eso era día con día, todos los días tomaba se me hizo una rutina, por la cual yo perdí el trabajo y me toco regresarme para El Salvador y estando ya aquí me reuní con mis amigos y seguí con el vicio sin importarme el daño que le hacia a mi familia.
El alcoholismo es una enfermedad, porque el conjunto de fenómenos derivados de la pérdida de control al consumir alcohol, llena todos los requisitos que la medicina exige para considerar como enfermedad a determinado conjunto de síntomas y signos: tiene una historia natural; hay un cuadro clínico perfectamente identificable y similar en todos los individuos que lo padecen; hay una etiología (causas), una fisiopatogenia (los factores biológicos subyacentes a la enfermedad), un pronóstico, un tratamiento y una serie de estrategias para su prevención.
Como la imagen nos muestra aquí podemos observar las típicas apuestas entre amigos.
El alcoholismo es una enfermedad crónica, de desarrollo insidioso y evolución progresiva, que se caracteriza por la incapacidad de la persona para controlar su manera de beber, lo que da lugar a que en la mayor parte de las ocasiones en que se consuma alcohol, el afectado lo haga en forma excesiva y desarrolle problemas con su salud, su familia, su trabajo y con la sociedad en general. Esta pérdida de control es consecuencia de una dependencia psíquica y física al alcohol que el individuo ha desarrollado por consumirlo en forma frecuente y excesiva durante cierto tiempo y por una predisposición genéticamente determinada para la adicción a sustancias. Para los alcohólicos, se puede describir como una compulsión física unida a una obsesión mental; ya que se tiene el deseo físico característico para consumir alcohol más allá de nuestra capacidad para controlarlo, con lo cual sé desafían todas las reglas del sentido común.
El alcoholismo es una enfermedad evolutiva, que aumneta en forma progresiva prácticamente desde que se inicia a beber.
El alcoholismo no es un hábito, sino la consecuencia de un hábito. El acto de beber alcohol puede ser un hábito en un momento dado, pero del hábito se puede pasar al exceso y de ahí a la adicción. No debemos olvidar que el camino a la adicción se inicia por el uso, sigue por el hábito, pasa por el abuso y termina en la dependencia o adicción.
Pero una vez que se llega a la enfermedad, ésta sigue progresando en varias fases: La pre-alcohólica, la inicial, la crítica y la terminal.
La misma progresividad de la enfermedad hace que si el alcohólico no deja de beber, evolucionará irremediablemente hacia la muerte. Las causas de muerte más frecuentes en el alcohólico son las violentas (accidente automovilístico, traumatismos craneoencefálicos, homicidios por riña, suicidios, etc.). También la cirrosis hepática, la bronconeumonía fulminante, la desnutrición y el coma alcohólico constituyen causas frecuentes de muerte por alcoholismo.
Los adolescentes buscan en el alcohol la posibilidad de desinhibirse y estar más seguro: El beber le hace perder la timidez y le da valor para afrontar situaciones nuevas para las cuales no se siente preparado. Buscar el alcohol como muleta contra la timidez ocurre especialmente entre los adolescentes entre 14-18 años.
Integración en un grupo de adolescentes
El adolescente siente la necesidad de afiliación a un grupo de adolescente para sentirse integrado socialmente. El problema es que una de las formas de conquistar esta integración es imitar las conductas de los demás jóvenes del grupo.
Aquí podemos observar la influencia de las amistades.
No soy más un niño
El adolescente siente la necesidad imperiosa de afirmar y expresar su identidad y demostrar que no es un niño. Quiere decir a todos en voz alta que ya no es un crío. Y eso le impulsa a beber y emborracharse.
Placer y evasión
Los adolescentes viven una interminable búsqueda de placer y evasión. Por eso, y por la cultura de nuestra sociedad, bebe por todo. Bebe para pasárselo en grande, bebe porque es divertido, bebe para ligar, beber para huir y no desafiar los problemas, o sencillamente bebe porque no hay otra cosa que hacer.
Beber para ligar
Una de las principales razones para los adolescentes se iniciaren en el alcohol y beber mucho es para intentar dar los primeros pasos para iniciar una relación sentimental.
Vamos a intentar dar algunos de los criterios para clasificar los diferentes tipos de alcoholismo, evidentemente, no es una clasificación cerrada ni única.
Los adultos pueden clasificarse, según la cantidad de alcohol que consumen, en:
1. Abstemios.
Serían aquellas personas quienes no disfrutan o muestran un desagrado activo al gusto y a los efectos del alcohol y en consecuencia, no tienen interés en repetir la experiencia.
Igualmente están los no bebedores preocupados, que no solamente se abstienen si no que buscan el persuadir o coaccionar a otros que comparten su abstención.
2. Bebedores sociales
Beben con sus amigos. El alcohol es parte de su proceso de socialización, pero no es esencial, y no toleran una embriaguez alteradora. Esta embriaguez es rara, puede ocurrir sólo durante una actividad de grupo, tal como una boda, una fiesta o el día de año viejo, momento en que se permite bebida en exceso.
Una noche de celebración después de un día de trabajo.
3. Alcohólicos Sociales
Se intoxican con frecuencia, pero mantienen ciertos controles de su conducta, de modo rutinario, tomar “un par de copas” antes de ir a casa. Son personas que les gusta ir siempre a los mismos lugares de bebida con gran tolerancia al alcohol. Un alcohólico social encontrará tiempo para una copa por lo menos, antes de la cena. Su bebida no suele interferir en su matrimonio ni gravemente en el trabajo mientras mantenga esta situación.
4.-Alcohólicos
Se identifica por su gran dependencia o adicción hacia el alcohol y una forma acumulativa de conductas asociadas con la bebida. El término alcoholismo se aplica al desajuste social que se presenta en las vidas de los individuos adictos y de sus familias.
Los efectos que ocasiona el alcohol en la salud pueden ser inmediatos, debido a que su absorción se produce desde el estómago y pasa directamente a la sangre, llegando al cerebro y al sistema nervioso en pocos minutos o a largo plazo por favorecer el desarrollo de enfermedades como la cirrosis o la encefalopatía hepática.
Sus efectos inmediatos son:
Euforia y desinhibición, conductas que promueven su consumo sobre todo en jóvenes y adultos con baja autoestima, inseguridad o que suelen ceder a los retos de los compañeros.
Mareos con sensación de “bienestar”.
Náuseas y vómitos cuando se han excedido los niveles tolerados por cada persona.
Después de haber ingerido 2 o 3 copas te afectan los centros motores del cerebro y se inicia una marcha incierta con torpeza en otros movimientos.
A las 3 o 4 semanas de su consumo habitual, se inicia una degeneración grasosa del hígado provocando una hepatitis alcohólica, que ocasiona insuficiencia hepática con graves consecuencias nutricionales.
Aquí podemos observar la imagén del higado sano y cuando ya esta con cirrosis.
Si este tipo de intoxicación continúa, la degeneración del hígado se hace fibrosa y se presenta cirrosis hepática, enfermedad crónica que provoca una insuficiencia hepática gradual que provoca trastornos mentales severos como es la encefalopatía hepática, conductas violentes y puede conducir a la muerte.
Si la persona sigue bebiendo, como el alcohol ya no puede ser metabolizado por el hígado pasa al cerebro provocando daño permanente, convulsiones y delirios.
El alcoholismo además ocasiona gastritis, indigestión, úlcera estomacal, trastornos hormonales e impotencia sexual.
La ingestión sistemática de alcohol, disminuye el hambre e interfiere en la absorción de nutrimentos importantes como la vitamina B, E, A, K y C, así como de proteínas, por lo que el alcohólico tiende a sufrir de desnutrición y avitaminosis.
Por si fuera poco, la falta de defensas en el organismo ocasiona el desarrollo de enfermedades infecciosas frecuentes, entre ellas la neumonía.
Otros daños son la esofagitis, la pancreatitis con graves daños en las células productoras de insulina, dermatitis inespecíficas, dolores en varias partes del cuerpo, pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
También se puede desarrollar una alteración sexual, ocasionando disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer. El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal del alcohol.
El alcoholismo es una enfermedad que no respeta sexo, edad, condición social.
Las personas con antecedentes familiares de alcoholismo tienen mayor probabilidad de empezar a beber antes de la edad de 19 años y de volverse alcohólicas.
Pero cualquier persona que empieza a beber en la adolescencia esta en mayor riesgo. Ya que la posibilidad de que consuma droga para tener emociones más fuertes son muy altas.
La mayoría de las personas que han tenido problemas con el alcohol son hombres pero la incidencia del alcoholismo en las mujeres ha estado aumentando durante los últimos 30 años. El riego general para desarrollar alcoholismo es un 3 % a un 5 % para los hombres y un 1 % para las mujeres.
El riego para los hijos de padres alcohólicos es un 25%. El enlace familiar es más débil para las mujeres. Pero los factores genéticos contribuyen a esta enfermedad en ambos géneros.
Los hijos de alcohólicos tienen un riesgo mayor para desarrollar problemas emocionales que los hijos de padres que no son alcohólicos.
Ellos tienen 4 veces más probabilidades de ser alcohólicos que otros niños.
Los problemas que el joven puede presentar son los siguientes:
Sentimiento de culpa: el joven puede sentirse el causante del uso de alcohol por parte de su padre o madre.
Angustia o ansiedad: puede sentirse continuamente preocupado por la situación del hogar. Puede temer que el padre (madre) alcohólico se enferme, se lesione o surjan peleas o violencia entre sus padres.
Vergüenza: los padres pueden dar el mensaje de que hay un secreto terrible en el hogar. Un joven avergonzado no invita a sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a alguien.
Incapacidad para mantener relaciones interpersonales: debido a su decepción por el alcoholismo de su padre (madre) muchas veces desconfía de los demás.
Enojo: el niño puede sentir enojo contra el padre (madre) bebedor y molestia con el progenitor no alcohólico por no prestarle apoyo y protección.
Depresión: el joven se siente solo y desesperado en su empeño por cambiar la situación.
El alcoholismo evoluciona de una manera lenta y progresiva, por lo que no es muy preciso el momento en que el bebedor se convierte en alcohólico. El bebedor va pasando por ciertas etapas antes de llegar al alcoholismo. Al inicio sólo bebe en forma ocasional, después empieza a beber habitualmente (aquí desarrolla un hábito), más tarde empieza a consumir alcohol en forma excesiva y se convierte en un bebedor excesivo. El bebedor excesivo ya ha desarrollado una dependencia psíquica hacia el alcohol. Cuando aparece en el bebedor excesivo la dependencia física es cuando se convierte en alcohólico. Los dos parámetros médicos que se consideran para saber si una persona ya desarrolló dependencia física son la tolerancia y el Síndrome de Supresión.
TOLERANCIA.
La tolerancia es una adaptación biológica del organismo al alcohol, por la cual el bebedor necesita mayor cantidad para obtener los mismos efectos que antes obtenía con menor cantidad.
Conforme el individuo va bebiendo más y más, su organismo se va acostumbrando al alcohol y, como consecuencia, aguanta más sin emborracharse. Este es un punto muy peligroso, pues la gente cree que ya "aprendió" a beber. Como consecuencia de esto, el bebedor se confía y cada vez bebe en mayor cantidad, con mayor velocidad y con mayor frecuencia. Su organismo continúa adaptándose biológicamente al alcohol, hasta que se desarrolla una franca tolerancia que lo hace cruzar la frontera entre el bebedor excesivo y el alcohólico. No olvidar que una vez que se cruza la frontera ya no hay boleto de regreso, es decir, la enfermedad se torna irreversible (incurable).
SUPRESIÓN.
El Síndrome de Supresión es el conjunto de síntomas físicos y psíquicos que presenta un bebedor cuando bajan sus niveles de alcohol en la sangre.
Cuando una persona ha bebido excesivamente durante varias horas o incluso días, el alcohol alcanza concentraciones muy altas en la sangre, lo que da lugar a una adaptación biológica del organismo al alcohol. Cuando la persona deja de beber, los niveles de alcohol en la sangre empiezan a bajar. Como el organismo ya está adaptado al alcohol, al bajar los niveles sanguíneos se produce una reacción de desadaptación con la presencia de varios síntomas muy molestos.
El organismo "protesta" cuando los niveles de alcohol bajan y se presentan esas molestias. Los síntomas más frecuentes del Síndrome de Supresión son el temblor, la sudoración, la angustia, miedos inmotivados, trastornos del sueño como insomnio y pesadillas, calambres, escalofríos y malestar gástrico. La forma más grave del Síndrome de Supresión es el Delírium Tremens.
La "cruda" es la forma inicial como se presenta el Síndrome de Supresión. Cuando el bebedor necesita ingerir más alcohol para aliviar las molestias de la "cruda" (beber por la mañana al día siguiente de una borrachera) se considera que ya ha cruzado la frontera hacia el alcoholismo, puesto que ése se considera el signo más visible del desarrollo de una dependencia física al alcohol.
Las principales causas que propician el alcoholismo son: las costumbres familiares, las presiones personales y sociales, y la publicidad exagerada e insinuante.
La religión es un factor importante, por ejemplo: las iglesias católicas no cristianas prohíben el consumo inmoderado, en cambio el catolicismo en este sentido es más permisivo.
Pero en los jóvenes principalmente lo que causa el tomar, son los amigos; pues existe mucha tensión cuando deseas que tus amigos te acepten, pero no es algo que deseas realmente.
Todos los adolescentes toman por las siguientes razones:
Para sentirse que están haciendo lo mismo que sus compañeros y sentirse aceptados por ellos.
Para tener una excusa para involucrarse en conductas no aceptables socialmente y poder "echarle la culpa al alcohol". Así por ejemplo, si alguno hace algo que pueda ser percibido como infantil, agresivo o peligroso y que pudiera tener una respuesta negativa de sus compañeros, tiene un "pretexto", algo a que atribuir la conducta inaceptable. En estos casos, el alcohol es usado como una carta abierta para hacer lo que a uno le plazca"
Para animarse o sentirse bien en una reunión con los amigos.
Por tratar de escapar de los problemas familiares muchas veces, en lugar de enfrentar los problemas buscan una salida fácil en el alcohol.
Otros adolescentes toman para sentirse bien y divertirse.
Todos estos motivos son los que mueven a la mayoría de los jóvenes a beber. Algunos dicen que para sentirse bien y que así se pasan un rato de felicidad. Pero para que les sirve, ¿para huir de sus tristes vidas?, estos mismos son los que beben para escaparse de la rutina y de sus problemas diarios, o sea que se refugian en el alcohol como salvación. Cuando lo único que puede pasar por recurrir al alcohol es que esos problemas vayan en aumento y que cada vez sean peores ya que se une el problema del alcoholismo.
En la sociedad actual algunos jóvenes que no quieren beber cuando en su grupo de amigos se reúnen para celebrar algo, los apartan del grupo e incluso los marginan por no beber, los miran como gente rara que no saben de la vida o que no saben divertirse.
Las personas con antecedentes familiares de alcoholismo tienen mayor probabilidad de empezar a beber antes de los 16 años y de volverse alcohólicas con mayor facilidad.
Es importante que nosotros como jóvenes pensemos y analicemos para que nos demos cuenta que estamos creciendo en un mundo donde el alcohol esta causando daños cada vez mas graves. Muchos jóvenes están desgraciando su vida por efectos de beber alcohol desenfrenadamente. En la calle se pueden ver muchas personas cuyas vidas han sido arruinadas por su adicción al alcohol.
Duele mucho que el alcohol, que puede decirse que es la peor droga, se difunda tanto en los medios de comunicación social y que se estimule tanto a las personas para que tomen alcohol. También es lamentable que el alcohol en los medios de comunicación se anuncie como algo que es necesario para tu vida con anuncios que te invitan a consumir, y que intentan mostrar que tomando su líquido serás mejor persona, o por lo menos alguien mas interesante.
Los jóvenes tenemos que cambiar de actitud y decidir que jamás seremos alcohólicos. Nos tenemos que querer mucho a nosotros mismos. La persona que se aprecia así misma y a los demás se cuida y evita el consumo de alcohol, porque sabe que no le hace ningún bien. Más bien destruye familias.